jueves, 24 de junio de 2010

CAMINAR EN CÍRCULO, NO ES AVANZAR



Hungría: grupos de extrema derecha organizan una insólita manifestación del "Orgullo Heterosexual"Por Andres Bacigalupo en (Universogay)

Obtienen permiso de las autoridades para manifestarse por la capital húngara. Pero la marcha tendría lugar en septiembre, dos meses después del Orgullo Gay.

Las autoridades húngaras han autorizado la realización de una insólita marcha del “Orgullo Heterosexual” por parte de grupos ultraconservadores, según reportó ayer el diario The Budapest Times.

Uno de sus organizadores, Csaba Koletar, ha dicho que la manifestación pretende subrayar que “no sólo las relaciones entre personas del mismo sexo merecen reconocimiento” (sic) al tiempo que busca denunciar la “popularización de la homosexualidad en Hungría”.
De acuerdo al diario derechista Magyar Nemzet, los organizadores de la marcha desfilarán por la misma avenida en la que habitualmente se celebra el Orgullo Gay húngaro, aunque con dos meses de diferencia (este último está previsto para la primera semana de julio). 
En Hungría, las manifestaciones del Orgullo Gay se llevan a cabo todos los años desde 1997. En muchas de ellas, incluida la del año pasado, se han registrado incidentes por la irrupción de pequeños grupos de extrema derecha.
.
   Ser “Económica” antes que “Europea”, hace de esta, nuestra Comunidad, patio de corrala desde el que observar y asistir a situaciones verdaderamente esperpénticas, tragicómicas, “almodovarianas” diría yo.

   La Unión -dicen- Europea, constituída realmente por y para que los Grupos de Poder (grandes fortunas, banca y multinacionales) puedan manejarse libremente por el Continente y hacer con sus floridos rastrillos pingües negocios, ha provocado en su ansia por lograr clientes y mano de obra cercana y barata, que muchos países europeos que no están socialmente preparados para formar parte de un colectivo plenamente democrático que acepte, promueva y exija la igualdad de todos los seres humanos y el respeto por los derechos civiles e individuales del conjunto de sus miembros, jueguen a la democracia como si del Monopoli se tratase, sin concienciar a sus habitantes previamente de las exigencias minimas que esto de la democracia trae consigo.

   Antes de aceptarte en un club privado mínimamente organizado y coherente, se te exige cumplir ciertos requisitos imprescindibles y por supuesto aceptar las normas de la “casa”. Pero aquí no, para nuestros €gobernantes hay cuestiones más urgentes por mucho que digan de todas importantes. Vamos, que salvo las estrictamente económicas (de los que ellos entiendan que pueden sacar tajada), todas las demás, las secundarias, los derechos fundamentales por ejemplo, tienen una manga más ancha. Te pueden exigir que impongas al pueblo nuevos impuestos, que privatices las empresas publicas para que haya libre competencia, mejor calidad y precios competitivos, y así los nuevos Entes se pongan de acuerdo y te cobren mas por menos, pero ahora sin amparo Estatal que te libre de su inagotable voracidad, incluso que te rebajen el salario o que te congelen la pensión. Todo esto, y más, hacen y mandan guardar desde Bruselas. Pero eso de tocar derechos individuales ya es harina de otro costal, porque la Unión no puede imponer a sus Estados miembros, un ordenamiento legislativo y judicial pleno que garantice la igualdad de sus súbditos. Es una presión que exige una dilatación, una mesura, un lento desarrollo. En este caso hay que darles tiempo, mayormente el que haga falta, no hay prisa a fin de cuentas, mientras paguen, compren y consuman, habrá ocasión de ir, poco a poco, sin plazos fijos, democratizando definitivamente sus sociedades.

   Y así, con este equipaje y tales flecos, nos vemos hoy todos en la vieja Europa viendo y leyendo noticias como la que suscita esta opinión: Los partidos de ultra derecha de Hungría, dolidos y hastiados por las reclamaciones, manifestaciones y movimientos para la igualdad de derechos de LGTBs (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales), han decido, al margen de mandar a sus guardias de asalto a agredir y boicotear a los manifestantes el día del Orgullo Gay –como hacen todos los años-, convocar ellos mismos otra manifestación, que por suerte no se les ha ocurrido hacerlo el mismo dia -o no les han dejado-, que discurra por las mismas calles que la anterior, pero reivindicando el orgullo de ser heterosexuales. Un alarde de ¿envidia? y revanchismo tan sarcásticamente absurdo, que no alcanzo a ver cómo no se les ha ocurrido antes a las sectas judeocristianas directamente, muy dadas ellas, por eso de no interferir en lo ajeno, en manifestarse en contra a que todos tengamos los mismos derechos.

   Bueno en cierta forma, y bajo la excusa y eslogan de “por la defensa de la familia”, tuvieron ocasión unos años atrás de manifestarse repetidamente en nuestro País, haciendo un despliegue sin precedentes de la apología de la homofobia, pues no era centro de sus demandas el derecho a existir de las familias heterosexuales, sino atacar a las homoparentales. Es que, se decían todo extasiados, venimos a defender La Familia, y para eso necesitan, claro, negar a los demás su derecho a formar una familia que no encaje con su doctrina. Que si, que no buscan derechos, que albergan la esperanza de negárselos a los demás, que lo llevan haciendo siempre y no va a ser ahora diferente. No nos engañemos.

   Y van y dicen estos energúmenos, justificando tamaña imbecilidad, que no sólo las relaciones homosexuales merecen reconocimiento, como si las heterosexuales no lo tuvieran ya explícitamente reconocido. Y dicen más, que buscan denunciar la “popularidad” de la homosexualidad en su país, vamos que se la de pábulo, que no se la vea al menos… lo de siempre, desde siempre.

   No se, así del tirón se me estaba ocurriendo que, ya puestos, organicen también el día del hombre trabajador, para que reivindiquen la rebaja de sus salarios y los equiparen a los de la mujer trabajadora. Es discriminatorio que el hombre no tenga derecho a manifestarse para cobrar lo mismo que la mujer.

   Metidos en faena, y por eso de involucrar a toda la familia, podríamos animar a nuestros hijos menores de 12 años, para que se manifiesten por su derecho a ser explotados laboralmente, como ocurre en otros muchos países. Es a todas luces discriminatorio, que haya una gran mayoría de niños que no tengan derecho a una infancia adecuada, y nos nieguen a los nuestros la elección de elegir no tenerla tampoco.

   Y por eso de planificar algo todos juntos, podríamos manifestarnos por exigir equipararnos con quienes no tienen una Sanidad Pública Universal y Gratuíta. No es justo que la mayoría de los habitantes del planeta carezcan de Seguridad Social, y a nosotros nos nieguen tal posibilidad.

   Creen tener -y tienen- todo el derecho del mundo para movilizarse por su igualdad, por reclamar menos derechos de los que ya tienen reconocidos, y por qué no, hasta de sentirse orgullosos de hacerlo los conservadores magiares… y les digo yo, desde el especial cariño y afecto que siento por Hungria: el pueblo húngaro, luchador infatigable y constante por sus derechos y libertades, como así lo atestigua su historia, acabará definitivamente con las rémoras totalitarias del pasado, en cuanto se adapte a este nuevo periodo de libertad que de forma tan admirable se han ganado, y sobre todo cuando se den cuenta que Comunismo y Cristianismo son sinónimos en cuanto a estructuras y pretensiones, y que no por aborrecer a uno, es mejor refugiarse en el otro. Si me permiten la rima, mal acaba la gacela que para huir de león, se ampara en la hiena.

   Con todos los motivos que tenemos para manifestarnos, para reivindicar tantas injusticias y desigualdades, entiendo de un papanatismo superlativo, de una falta de ética, amplitud de miras y objetividad tan evidente, hacerlo por el heterosexualismo, en revancha por la reivindicación de igualar los derechos de tod@s los ciudadan@s, al margen de su etnia, credo, ideología, género y orientación afectiva, que estoy convencido que será un rotundo fracaso, ya no tanto quizá en cuanto a asistencia, pero seguro que en sus objetivos.

LOS PSIQUIATRAS DE LA “TELE”… ¿CÓMO ESTÁN USTEDEEEEES?

“la homosexualidad, biológicamente hablando, no es normal, jurídicamente sí…”



   Con esta sentencia culminó su intervención el Sr. D. José Cabrera, psiquiatra forense español muy bien avenido con los medios, que aprovechando su tirón mediatico suele acudir asiduamente como invitado estelar a cualquier cadena y opinando sobre cualquier cosa, en este caso en una tertulia de la cadena televisiva Veo7 de España, esta madrugada.



   En el debate tocaba tratar las polémicas declaraciones del político español demócrata cristiano, Durán i Lleida, sobre su apoyo a las Clínicas y terapias reconductivas para homosexuales, que han levantado una importante polvoreda estas ultimas horas y han puesto contra la pared la solvencia moral y coherencia de este personaje.

   Siendo, como es, la dicha cadena manifiestamente conservadora, no resultó chocante la cantidad de afirmaciones machistas, homófobas y preconcebidas de varios de los contertulios, si bien es cierto que en buena medida jaleados por la inesperadas declaraciones del Sr. Cabrera, que no sólo se mostró bastante ambiguo sobre su opinión personal y profesional de la homosexualidad, sino que desde una quirúrgica frialdad trataba el asunto como si en el fondo no fuera un tema de su agrado, como si se supiera atrapado en una cotroversia que dejaría al descubierto una faceta no tan “aséptica” de su personalidad.

   Varias veces, interpelado por las opiniones liberales sobre el particular, hacía referencia a que la homosexualidad, según la OMS y las instituciones internacionales “dicen algunos que presionadas por los lobbies…” -aclaraba justificandose-, no es una enfermedad, y así hasta que uno de los debatientes, quizá con la mosca detrás de la oreja, le recordó que la homosexualidad es normal, que no es una enfermedad, y que no hace falta usar la coletilla de “como reconoce ahora la OMS”, por innecesario. En este punto el Sr. Cabrera supo reaccionar a tiempo y dejó de insistir sobre el particular, sabiendo por sus tablas en estos “saraos”, que persistir en lo mismo dejaría en evidencia un nada claro interés particular en desmarcarse del Estamento Científico.

   Ante la vuelta de tuerca de ese mismo contertulio, que volvía a incidir en el tema de la normalidad, la naturalidad de la homosexualidad, como una constante histórica, este D. –que no San- José sacaría de sus fueros, que no de su maletín, una frase que al menos al que suscribe dejo perplejo… “la homosexualidad, biológicamente hablando, no es normal, jurídicamente sí…”.

   ¿Pero cómo un psiquiatra serio, leído, de mundo, de cámaras al menos, puede decir tamaña incongruencia? ¿En virtud de qué estudio biológico puede afirmarse que la homosexualidad no es nomal? Por un momento hasta disculpé el exabrupto suponiendo que hubiera confundido “normal” con “mayoritario”, y que quizá entendiera que un comportamiento minoritario no es normal en tanto y cuanto a la mayoría. Pero no, volvió a decir lo mismo, repitió la misma y decadente frase. Es más, hasta la adornó con otra interesante relevación, aleccionándonos que entre el resto de los animales, que tienen los sexos definidos, la homosexualidad no se da. 
Vamos, que quería decir lo que dijo.

   Quiero pensar que su segunda especialización, la forense, le haya dejado ese lúgubre regustillo de estudiar lo muerto, lo acabado, la carroña y la miseria humana, y que su apasionamiento por su buen hacer le prenda, le ligue hacia tales actitudes muertas, acabadas, como la homofobia.

   Pese al Sr. Cabrera, está de más volver a decir lo dicho, sabido y consabido, la homosexualidad no es una enfermedad, es normal, natural e innata al ser humano, pero también estudiada y reconocida entre cientos de especies animales. Estando así las cosas, animaría a este intachable profesional, a cultivar antes la psiquiatría que lo forense, a preocuparse más de lo vivo que por lo muerto y caduco, y quizá así convenir con lo que la comunidad científica, tan dada al inmovilismo, y pese a ello tan proclive a rectificar, que “desde hace más de tres décadas las grandes organizaciones profesionales de salud mental, como la Asociación Española de Psicología y la Asociación Española de Psiquiatría, consideran que la homosexualidad no es un trastorno mental” (Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid)… y que en ese mismo sentido se manifestarían al respecto Santiago Grisolía, bioquímico y Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, y Francisco Mora, catedrático de Fisiología Humana de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y catedrático adscrito de Fisiología y Biofísica de la Facultad de Medicina en la Universidad de Iowa (EEUU). Creo innecesario obviar otras manifestaciones incluso mucho más cercanas a estas fechas de los Organismos Científicos Internacionales sobre el particular, por repetitivos y por lo que veo en ocasiones inútiles.

   Lo normal, amigo José –permítame que le apee el tratamiento-, muchas veces se escapa de lo mayoritario, como lo mejor puede ser enemigo de lo bueno, siendo ambas posibilidades, minoritario y mayoritario, connaturales y perfectamente normal entre estos primates ¿evolucionados? que somos. Pensar que las minorías no son normales, es un peligroso peldaño que hay que pisar con mucha maña, que hoy te hace subir, pero mañana te descalabra.


   Hubiera asentido con Ud., que virginidad, castidad, abstinencia y castración psicológica, cuando no química son efectivamente anormales, que es lo que practican este tipo de Clínicas, además de (ab)uso de drogas y otras técnicas “aversivas” (torturas)… ¿y todo para qué? ¿Para desechar mis tendencias naturales, para que me acepten los que se abrogan la potestad de decidir por mi lo que es o no normal?

   No, definitivamente no, le he seguido en muchas ocasiones y le considero persona cabal donde las haya, en algún momento de su disertación me perdi y no hile fino. No puede haber dicho Ud. que la homosexualidad no es normal. No me lo creo. Quizá quería referirse a la homofobia, que es un trastorno que necesita urgentemente terapia, porque si no se cura, viendo su patología, sabemos que acaba fomentando la violencia y la agresividad, cuando no la ampara, como cuando el Sr. Ratzinger protegió y dio amparo a delincuentes internacionales confesos, por ser miembros de la secta que él dirige, ocultando pruebas, entorpeciendo la investigación policial y encubriendo el delito y al delincuente, en casos de abusos y violación de menores.

miércoles, 23 de junio de 2010

Demócrata (pero) Cristiano. La ideología de la imposición

 Duran Lleida, portavoz de CiU en el Congreso, se muestra a favor de las terapias que "curan" la homosexualidad Por Andres Bacigalupo Dice que se debería “facilitar” el camino a las personas homosexuales que quieren “transitar” hacia la heterosexualidad. Y acusó a la Generalitat de ser "el único gobierno que pertenece a la Internacional gay y lésbica". 23/06/2010

El portavoz de Convergencia i Unió(CiU) en el Congreso de los Diputados, Josep Antoni Duran Lleida ha salido en defensa de las terapias que proponen cambiar la orientación sexual de los homosexuales.

Duran Lleida se mete así en la controversia desatada recientemente en Cataluña por
 la existencia de una clínica que promueve las (mal) llamadas terapias de “reparación”. Ese establecimiento se enfrenta ahora a posibles sanciones por parte de las autoridades sanitarias de la Generalitat.

Pero para el portavoz de CiU en el Congreso, esas sanciones son equivocadas.
"Estoy en contra de represaliar la asistencia médica a las personas que intentan modificar su homosexualidad o controlarla", señaló Duran en una entrada en su blog, para luego agregar: "Me sorprende que, cuando una persona -después de años de estar casada y con hijos- llega a la conclusión de que en realidad es homosexual y quiere adoptar esta tendencia y considera que necesita ayuda, su demanda es atendida y el hecho de 'salir del armario' es celebrado. Pero en el caso inverso, esta persona no lo puede hacer si acude voluntariamente a pedir asistencia médica".
Gobierno de la “internacional gay lésbica”

Duran Lleida tampoco ha ahorrado cuestionamientos a la Generalitat. Tras declararse
 “sorprendido” por la “celeridad” con la que el gobierno catalán actuó en el caso de la policlínica Tibidabo, calificó a la Generalitat como “el único gobierno que pertenece a la Internacional gay y lésbica"…


   Que el Sr. Duran Lleida, político español conocido de todos por su firme adscripción a la ideología conservadora y la fe judeocristiana, diserte desde un punto de vista critico y sesgado sobre la homosexualidad, no debiera parecernos raro, sino propio de sus convicciones fundamentalistas, como tampoco habrán de chocarnos, pues, sus conclusiones sobre el particular, puesto que no se desvían un ápice de las inherentes a toda persona en la que se concentren ambas filosofías.

   Ignora este Sr., en un alarde poco acostumbrado en él de falta de información, o de tenerla -que se le prosupone-, de interés por manipularla, que ninguna persona adulta llega a la "conclusión" después de casarse y tener hijos con una pareja del otro sexo, que existe en su interior un espíritu diabolico homosexual, que de pronto ha decidido manifestarse y poseer su voluntad.

   Antes bien, su homosexualidad será una orientación que con toda seguridad haya reprimido de mil formas y durante mucho tiempo, ya sea debido a su no aceptación, a la homofobia de su entorno y del círculo social en el que se desenvuelve y a los conflictos ético-religiosos, que en personas de cierta edad están profundamente enraizados en su psique, y todo esto, claro, previamente a hacerse un planteamiento sincero al respecto, que le impulse a descoyuntar radicalmente dicho entorno y sobre todo su vida familiar y afectiva.

   La homosexualidad, no es una genialidad o inspiración “mariana” que de pronto y sin avisar, se cuele en el cerebro y manipule nuestros sentimientos torticeramente, trocando las "sanas" virtudes inculcadas por nuestros próceres, en perversas actitudes contraproducentes para nuestra imagen y solvencia personal.

   Que un adulto llegue a la conclusión que debe aparcar definitivamente sus tendencias heterosexuales, por entender que no soporta o no debe aguantar por más tiempo vivir una identidad que no le corresponde, es una cosa. Y otra muy diferente, que alguien desee reprimir su orientación sexual por factores ajenos a sus propios sentimientos, como lo son la no aceptación (represión), la coacción social y familiar (homofobia) y su sentimiento de "culpa" por transgredir sus creencias religiosas (teofilia).

   Por otra parte, las terapias reconductivas no son, ni mucho menos, cajón “desastre” en el que cada cual, tal que fura a una peluquería, pueda y sobre todo deba manipular su cerebro con el mismo desparpajo que le impela a cambiar de corte o color de pelo, puesto que con la misma rapidez que el teñido se pierde y el cabello crece, nuestro cerebro se deteriora cuando es agredido innecesariamente para inhibir nuestras orientaciones afectivas.

   Y lo mismo que desde las instancias científicas y académicas de Psicología y Psiquiatría, nacionales e internacionales, se recomienda el tratamiento de la homofobia (trastorno emocional que puede derivar en consecuencias delictivas: agresión, marginación, incitación, apología… recogidas en nuestro ordenamiento jurídico y tipificadas por el Codigo Penal), y la terapia de normalización de identidad (soporte y ayuda psicológica enfocadas a aceptar nuestra condición y diversidad), desde esas mismas instancias, se nos advierte del peligro inherente a someterse irresponsablemente a manipulaciones sobre el comportamiento y los sentimientos, que en ningún caso debieran practicarse sobre individuos sanos, so pena de sufrir graves alteracionales emocionales que, en cualquier caso, perjudican y desestabilizan seriamente, incluso de manera crónica, a los tales “pacientes” –clientes diría yo-., perjudicando y no beneficiando la salud de los mismos.

   Y hete aquí la madre del cordero, el “rien va plus”, o si se prefiere el sursum corda de la cuestión: La homosexualidad no es una enfermedad, un trastorno, no existe una patología de la homosexualidad, y por lo tanto no debe ser tratada médicamente dentro de una praxis honorable y científicamente coherente. Y es aquí, también, desde donde parte el espantoso ¿error? de D. Josep Antoni. Quizá no lo sepamos y en la intimidad este señor sea, además de demócrata cristiano –católico y de derechas-, ferviente “michaeljacksonista”, y como tal, entienda que uno, por no aceptar, no tiene por qué aceptar ni el color de su piel, y que por lo tanto tiene todo el derecho del mundo a tirar de talcos o betunes, según la etnia, para sentirse mejor consigo mismo.

   Curiosamente este Sr. ha invertido –con perdón- la situación. Vamos que refleja sus carencias en los demás y se ve diestro ante el espejo, y cree que el homófobo es el sano y el homosexual trastornado, o peor aún, que ya homófobo u homosexual es lo mismo, que tanto da, y que acudiendo a especialistas menguelianos de la talla de Polaino, y por unos 200€ la hora, un homosexual puede hacerse heterosexual, un heterosexual homosexual, y un sevillano del betis. A fin de cuentas quien paga manda y vivimos bajo la tutela del libre mercado. Que le torturan, que le castran, psíquica o químicamente, que le inducen a la castidad forzosa, que le vuelven loco, vamos, y qué más da ¿no ha pagado por adelantado? ¿no era lo que pedía? 
Pues ancha es Castilla…



   Desdes el mejor talante democrático, se pueden decir las más excelsas atrocidades, cuando no tonterias, llevados de la mano fundamentalista de credos plenamente conscientes de su anacronía y perversamente contumaces en su odio por todo lo que no parta y se supedite a ellos, como lo suelen ser todos aquellos monoteístas.


   En fin, quiera la prudencia, que no la virtud de sus ideas, que el Sr. Durán recapacite sobre sus afirmaciones y libere ese espíritu demócrata subyugado por su cristiano, y vea claramente la falaz, absurda y de todo punto iletrada opinión que ha proferido contra el colectivo LGTB en sus manifestaciones. Bueno contra LGTBs y contra todo hijo de vecino que no se sienta bien nacido.

viernes, 11 de junio de 2010

MORALISMO VICTORIANO... La "estética" de un esperpento

El escándalo que ha suscitado que un ministro británico haya dimitido, por usar irregularmente dinero público para alquilar a su pareja una estancia, a través de lo cual mantener en el anonimato su relación homosexual, puede dar para muchas cosas, pero qué duda cabe que ninguna de ellas para cuestionar su orientación afectiva... en un país moderno y democrático, digno de tenerse por tal, me refiero. (Noticia de la Agencia EFE, publicada por el Diario Expansión 29-05-2010)

Si es cierto, según comentan las fuentes, que la legislación inglesa prohíbe alquilarle a tu pareja su vivienda, el hecho de hacerlo ha de conllevar, claro, la infracción administrativa y reprobación social subsiguiente. Creo que hasta ahí casi todos estaremos de acuerdo.

Ahora bien, el tema se complica cuando ya no es esta la causa de su dimisión y del escándalo, sino que lo haya hecho para ocultar su homosexualidad y que, en definitiva, sea un ministro homosexual.

Y se complica más cuando lo que da pábulo y continuidad al escándalo, es que se le "pillara" en su indecencia, que no fiscal, sino afectiva. Hasta el punto que desde algún que otro panfleto con noticias, eso que generosamente llaman Diario a lo que no se merece, como es el caso de The Sun, hayan sentido la necesidad de pedir a la sociedad un pronunciamiento, cuando no sentencia moral (léase Bíblica), no sobre la corrupción o el uso ilegítimo de dinero público, sino sobre la "homosexualidad de Estado"... que a lo que se ve debe ser más grave en las ínsulas.

¿Qué podemos pedir a la rancia, vetusta y absurda moral "victoriana"?... sinceramente, nada más allá de que termine de agonizar definitivamente y que lo que sea la acoja en su gloria, ni menos de lo que esperábamos de su tradicional torpeza.

Si impusieron durante generaciones, que niños y adolescentes durmieran atados a la cama o con guantes claveteados para no cometer “impurezas” al amparo de la soledad de la noche, ¿qué no querrán para con “degenerados” contumaces? Si fueron capaces de lastrar psíquicamente a sus propios hijos durante décadas, ¿Quién puede creerles ajenos a la homosexualidad de aquellos que hayan de gobernarles?

Pese a que todos sabemos que el inglés "tradicional" -léase reaccionario, hipócrita y pedante- es poco leído y estrecho de mente, de ombliguismo desmesurado, lo que vulgarmente llamamos aquí "caballo de picador", parecemos obviar lo más sobresaliente de su (in)cultura, que es la falta absoluta de un mínimo sentido del ridículo.

Esa falta de carácter que brilla en un patético abolengo de "damas" engalanadas con pamelas imposibles, de lores haciendo patria bajo bisoñés que, de tan blancos, no hay luz que entre en sus cerebros, y de una corte -no tan celestial- de "pagafantas", disfrazados con trajes-manta, de ahí es de donde, en fin, nos lanzan tan "sagaces" planteamientos... que hasta lo hacen como si fuera serio, como si realmente les hubiera costado llegar a tan "sesuda" diatriba.

¿Y qué se preguntan, me pregunto yo? ¿Que sea o no lícito usar indebidamente dinero público, quizá que no deban alquilar viviendas a sus parejas, no se, incluso que sea o no reprobable mantener amantes -no explican si este sr. está casado como su Dios manda-? No, ni mucho menos, la conjura gira sobre si se deben o no admitir ministros LGTB... ahí es nada, menudo calado que tiene este asunto.

Hombre, teniendo en cuenta que The Sun y otros medios afines ya nos tiene acostumbrados a preguntas tales, como que si debe condenarse que terceros países apliquen la pena de muerte para los homosexuales, no ha de extrañarnos... aaaay si la idiotez fuera delito, señor señor, cuantos palacetes quedarían abandonados...

Porque no nos engañemos, discuten convencidos desde la base que ser LGTB es un síntoma de debilidad para el Gobernante, un punto flaco, una mácula en su carrera que han de ocultar ladinamente, para no verse sometidos a la vergüenza social de su indecente postura. Pecado fatal que les deja indefensos ante el chantaje, como si de delincuentes impenitentes se tratara que debieran obligarse a ocultar su “crimen”, so pena de condena en vida e infierno en muerte. Ese es el verdadero problema, esa la cuestión, desde ahí es a partir de la cual lanzan estos “lumbreras” su encuesta… ¿Debemos dejar que quienes viven ocultando su indecencia nos gobiernen? Y esta es la pregunta que, de no ser cobardes, hubiesen planteado.

No aceptan la homosexualidad, son homófobos declarados, piensan que los demás así lo entienden, que los propios lo saben, y que, por lo tanto, gobernarles con esa herida sangrante, es dejar abiertas las puertas a que cualquiera se aproveche de tal debilidad, a que cambien por silencio los secretos de Estado, a que estén siempre presionados por quienes les descubran su ignominia.

La pregunta de The Sun, en definitiva, un insulto a nuestra inteligencia a la que todos deberíamos responder… "Si, siempre que no sea tu padre, que viciosos, lo justo".

jueves, 10 de junio de 2010

UNIDOS POR LA CRUZ... DE LA BARBARIE


"
Crucifijos en el aula: 10 países apoyan a Italia
Diez Estados Europeos y 12 organizaciones no gubernamentales se han personado como parte para apoyar a Italia en el caso de los crucifijos ante la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que analizará el recurso italiano el 30 de junio, en contra de que se obligue a retirar los crucifijos de la escuela pública. La Gran Sala analizará en audiencia pública este caso. Como terceras partes, Armenia, Bulgaria, Chipre, Grecia, Lituania, Malta. Mónaco, San Marino, Rumanía y la Federación Rusa, además de las 12 ONG, podrán presentar observaciones".(Semanario Católico "Alfa y Omega", del 10/06/2010)

El debate se cierne sobre la prohibición de colgar crucifijos en las aulas de los colegios públicos. Un debate que no es baladí por venir de quienes viene, esto es, los países más homófobos del continente europeo. Esos mismos países, con el Vaticano al frente (estaducho teocrático que tuvo que falsificar un testamento para engañar a los demás sobre su legitimidad como tal), que se unen y luchan para defender el derecho a colgar un trozo de madera en nuestros colegios, pero no para prohibir la tortura y el asesinato de seres humanos, como ha hecho la Iglesia Católica, que antepone la vida de LGTBs a su moral con tal de que no se reconozcan nuestros derechos.

¿Donde estaban la mayoría de esos países ante la propuesta de despenalización de la homosexualidad, cuantos la apoyaron?

Les importa tres pepinos que nos asesinen, porque para ellos no viene al caso, es que si permiten que no se les torture y se les mate -se dicen-, si se les deja vivir, luego querrán unirse y casarse, tener los mismos derechos que los demás, y eso no podemos consentirlo.

No al aborto, crece, aunque te mueras de hambre, vive en la miseria, que ya te explotarán o te daremos arroz por biblias, y a fin de cuentas, si sales maricón, yo apoyaré y defenderé que te asesinen... la doble y vomitiva moral de siempre.

Jamás permitiré que un hijo mio acuda a un colegio donde existan crucifijos, porque son el símbolo de la muerte y el genocidio. Y quizá debiera ser una postura mayoritaria ya no entre LGTBs, que por fortuna solo un pequeño grupúsculo de nosotros está "tocado" por la mano "tonta" de su dios, sino también por todas aquellas personas de bien, que entiendan abominable este tipo de posturas.

Es difícil escribir desde la calma, leyendo lo que estos monstruos sanguinarios proclaman con la ausencia total de dignidad y vergüenza , como en el caso del enviado de los "sotanas negras" a la ONU, que justificando su veto a despenalizar la homosexualidad, diría: 
"el Catecismo de la Iglesia Católica dice, y no de hoy, que en las relaciones con las personas homosexuales se debe evitar cualquier señal de injusta discriminación. Pero aquí, la cuestión es otra. [...] Con una declaración de valor político suscrita por un grupo de países, se pide a los estados y a los mecanismos internacionales actuaciones y control de los derechos humanos, que añadan una nueva categoría protegida de la discriminación, sin tener en cuenta que, si se adopta, se crearían nuevas e implacables discriminaciones. Por ejemplo, los estados que no reconocen la unión entre las personas del
 mismo sexo como "matrimonio" se verían en la picota y objeto de presiones". (Celestino Migliore, observador permanente de la Santa Sede en la ONU, 1 de diciembre de 2008).

... Vamos que los que van de "abanderados" de la vida, no tienen reparos en justificar el asesinato de un ser humano con tal de negarle sus derechos. Y lo peor de todo este sucio despropósito, es que estos discursos no son testimonios aislados de un zafio animal sin sentimientos ni sentido de la moral como el individuo este, Migliore, sino que es cosa extendida entre los "sotanas negras"... 

"
[...] Aunque descriminalizar la homosexualidad no la hace moral [...] El gobierno no debería dar la impresión de que la homosexualidad está autorizada. Hay individuos, tanto hombres como mujeres, con una orientación sexual hacia su mismo sexo que es adquirida por las circunstancias, y una pequeña sección de ellos tienen una inclinación sexual innata. En ambos casos es una condición patológica, de las que la adquirida puede ser revertida por métodos terapéuticos. [...]

Sin embargo, esto no significa que los actos homosexuales sean morales; son intrínsecamente malvados. El
 llamado matrimonio homosexual es inmoral en cualquier contexto; [...] «Derechos gays» es un término equivocado, al igual que no hay «derecho» para una minoría de personas que son cleptómanas o asesinos en serie, que dicen que tienen tendencias innatas a robar o matar. Incluso todas las personas heterosexuales no tienen derecho a casarse si son impotentes, dementes o personas con enfermedades peligrosas incurables. Dar la impresión de que la homosexualidad es moral traerá la anarquía sexual, incluyendo el abuso de menores en la sociedad.[...]" (Cardenal Varkey Vithayathil, arzobispo mayor de la iglesia sirio malabar y presidente de la conferencia episcopal católica de la India, 3 de julio de 2009).

Podríamos abundar en casos y declaraciones, en hechos y razones que sin lugar a dudas supondrian la ilegalización de cualquier secta en un Estado Democrático digno de tal nombre, pero sería inútil porque a día de hoy aún les queda fuerza para ignorarnos. Solo, quizá, con el fin de recordar a los gaytólicos en qué manos encomiendan su espíritu, y sobre todas las cosas para advertir a los que aún duden o puedan ser susceptibles de dejarse engañar por ellos, me permito citarles, nuevamente:

"
La congregación para la educación católica −junto con la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos− afirma que se prohíbe que sean admitidos a las sagradas órdenes las personas que practiquen la homosexualidad, presenten tendencias homosexuales profundamente arraigadas o sostengan la así llamada cultura gay. Afirma el documento que tales personas no están en condiciones de relacionarse correctamente con los demás al modo de Cristo. Si se trata en cambio de tendencias homosexuales que son expresión de una dificultad transitoria, los candidatos podrían ser admitidos a los ministerios siempre y cuando lleven al menos tres años de superación de esta prueba. Ahora bien, aunque la responsabilidad de llamar a los candidatos es del obispo y del rector del seminario, compete al director espiritual y al confesor, desaconsejar vivamente a quienes presenten disturbios sexuales incompatibles con el sacerdocio que sigan adelante o reciban las sagradas órdenes." (Instrucción acerca de los criterios de discernimiento vocacional en relación con las personas con tendencias homosexuales en vista de su admisión al seminario y a las órdenes sagradas, publicada en el año 2005).
No os llevéis a engaño, son el mismo perro... pero sin bozal.

Quizá nuestra lucha no deba estar en impedir que sectas ávidas de sangre cuelguen sus trozos de escayola en nuestras aulas -que también-, sino en fomentar que, frente a ellas, sino antes, colguemos nosotros las fotos de los mártires torturados y asesinados bajo el amparo moral de esta gentuza.
asesinato en Irán. Ejecución de dos jóvenes por ser homosexualesY no solo en las aulas, sino en sus mascaradas (procesiones) y manifestaciones, no sea que como buenos seres
 humanos que somos, tropecemos de nuevo en la misma piedra y, como antaño, tengamos que lamentar:
"¡Ay! ¡Qué gran dolor se apoderó no sólo de la tierra de los aqueos, sino de todo el Imperio...!"  (Sobre el triunfo del cristianismo tras el asesinato de Juliano. Libanio, Or. 17)

    ¿GAYTOLICISMO? II. EL CATECISMO

       Es indudable que hay quienes sienten un deseo irrefrenable de caer bien a los demás y manifiestan un afán enfermizo en reinventar lo que no les encaja. En el caso de los "gaytólicos", se dan y agravan ambas conductas.
    Por un lado, sienten una necesidad religiosa obsesivo-compulsiva que, en occidente, solo creen poder saciar recurriendo a los estereotipos pueriles de sus recuerdos infantiles del judeocristianismo. Y de estos recuerdos, de esa idea que para ellos ha de ser el cristianismo, no tiemblan a la hora de mentir, manipular y, sobre todo, engañarse así mismos, con tal de encajar su puzzle (la doctrina cristiana y sus sentimientos homosexuales), a base de mutilar todas las piezas para salirse con la suya. Que hay que ensamblarlas a martillazos, no importa, el ruido de los golpes me ayudara a no escuchar a quienes me lo critiquen.
    De todos son conocidas las referencias bíblicas hacia la homosexualidad, cuestión esta que por muchos debates que suscite, no dejará de ser un engorro insalvable para los gaytólicos y un argumento incuestionable para sus detractores, y esto es así por mucho que busquemos en sesudos diccionarios de hebreo bíblico o griego clásico, cómo manipular las palabras para ver si a través de otras acepciones podemos plagiar al autor, engañar al lector y recomponer el texto evitando el ridículo.
    Que la homosexualidad está penada por el AT, por el NT, por los primeros Apóstoles y Padres de la Iglesia, no nos cabe la menor duda.
      El saulismo (lo que hoy algunos quieren llamar cristianismo) llegó al poder en Roma en el s. IV e. a. (de la era actual), tras la victoria del emperador Constantino (vinculado al dios Yahweh bajo un pacto) sobre Majencio (defensor de los Cultos Clásicos) en el Puente Milvio. Tras su victoria, Constantino legitimaría el saulismo con el edicto de Milán (313 e. a.) y lo consolidaría con el Concilio de Nicea (325 e. a.). De ahí, hasta la hegemonía sauliana como religión oficial del Imperio, otorgada por Teodosio I en 380 e. a., solo fue un paso apenas enturbiado por el emperador Juliano (alias El Apóstata) que moriría asesinado -por cristianos), tres años después de llegar al trono. Pues bien, ya en el año 390 e. a., tenemos constancia oficial de que el saulismo condena a la hoguera a los homosexuales, no como condena religiosa, sino legal, punible, como delito social.
    Como podemos observar, no perdieron mucho el tiempo. Quizá sea junto a las leyes de mantener la esclavitud y de exigir el servicio militar obligatorio, una de las primeras injerencias jurídicas saulianas.
    Como podemos observar, el judeocristianismo, desde siempre, ha mantenido inequívocamente su repudia y condena de la homosexualidad, y no desde mucho tiempo después como los gaytólicos pretenden hacernos creer. No es cosa nueva, no es una moralidad localizada, no es ajena la homofobia en la Iglesia. Siempre fue así.
    Y ahora, después de tanto tiempo, de tanto dolor, llegan un grupo de homosexuales y nos dicen que la Iglesia nos ama, nos acepta, nos comprende y nos admite... Y ahora, nuevamente, volvemos a decir lo que dijimos hace 1.600 años: mienten, no nos aceptan, nos odian profundamente y sólo se valen de nosotros para sus propios intereses.
    Que la Iglesia actual, la de hoy, con sus líderes al frente, nos considera corruptos, enfermos y apestados, siempre pecadores, no es cosa de hombres (ya sean sacerdotes, pastores, obispos o papas), no es cosa de personas que dicen tal o cual sandez contra nosotros, como cuando el papa actual nos tacha de enfermos a los que hay que separar de la docencia y no permitirnos fundar familias ni adoptar o tutelar niños, no, ni tan siquiera cuando el Vaticano vetó una propuesta de Francia para exigir la despenalización de la homosexualidad. Van mucho más allá, sigue manteniendo desde sus textos más descafeinados esa misma opinión negativa y sucia de nosotros.
    Y el ejemplo lo tenemos en el "nuevo" Catecismo de la Iglesia Católica. El mismo que algunos gaytólicos muestran orgullosos para demostrarnos lo queridos que somos por sus clérigos. Pero claro, lo que no hacen es difundir todo el texto, sino la parte que les conviene, y por ello, me permito escribir todo el capitulo que habla de nosotros, y que lo encuadra muy "oportunamente" bajo el título de: CASTIDAD Y HOMOSEXUALIDAD, como si ya desde el principio nos estuviera "enseñando" por el camino que quieren llevarnos, por la única salida que tenemos para que nos permitan existir:
    CASTIDAD Y HOMOSEXUALIDAD
    2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que ‘los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados’ (CDF, decl. "Persona humana" 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.
    2358 Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales instintivas. No eligen su condición homosexual; ésta constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.
    2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana."
    Y ahora, con el texto completo, con las palabras justas -o sea, todas-, ¿puede venir algún gaytólico a convencernos de que la Iglesia sauliana no es homófoba, de que la homosexualidad tiene un sitio entre ellos, de que la aceptan?... por poder, pueden, y espero que vengan, que nos expliquen con sus diccionarios de castellano esta vez, qué narices han querido decir en este texto, porque amig@s, aquí no hay lenguas muertas, sino muy vivas, y muy viperinas, todo sea dicho.
    Para los que sólo sabemos leer, para aquellos que no tenemos ni idea que cada palabra esconde a la vez su definición y la opuesta según los intereses de quien la enseñe, osea para quienes no somos judeocristianos, estos párrafos no dejan lugar a dudas, son decididamente homófobos, abiertamente contrarios a la aceptación de la homosexualidad, y desgraciadamente contumaces en cuanto a su visión y objetivos.
    Para empezar, nos iluminan directamente sobre el camino a seguir... castidad y homosexualidad, como si la homosexualidad fuese una orientación afectiva abocada al fracaso, como si por el hecho de tener piernas se nos castigara a no andar, como si nuestro derecho a elegir nuestra forma de vida afectiva y sexual, acabase irremediablemente en frustrarnos ese derecho. Ni tan siquiera te dejan otras opciones, como las que Saulo y otros Padres de la Iglesia daban a sus "ovejas"... no forniques, pero si lo haces, cásate. No, aquí van mas lejos, que ni los quieren casados, porque es abominación, pero tampoco frailes ni monjas, sino "fraijas", una nueva casta de laicos con voto de castidad y Biblia en mano, aislados de la sociedad y del mundo, de la vida, de su vida, para redimir hasta el final de sus días el terrible estigma de haber sido diferentes a la mayoría.
    Y no les importa que seas bueno, casi santo, eso es lo de menos, no cuenta, eres homosexual y por lo tanto da igual lo que hagas, naciste con el pecado, el otro pecado original, ese del que no nos hablan, que es amar y querer de modo "no convencional". Un pecado que ni tan siquiera la sangre de Cristo, la del sacrificio del Hijo de Dios, ha sido capaz de borrar de nuestras frentes. Ya  su Dios perdonó a la mujer y por ende a toda la humanidad a costa de sacrificar a su Hijo, pero a lo que se ve no hay más Hijos que mandar, y el homosexual queda calvo, patizambo, como Saulo, indefenso ante los "errores" de su Creador.
    Pobres "fraijas", seguidores de un culto que les niega y repudia, que aconseja su "reparación" y enseña su mal ejemplo. Monstruos de feria, casta de parias obligados a cargar con el "otro" pecado original, que se muestran dóciles y siempre prestos a explicarnos a todos, con su ejemplo, que la Iglesia y su Dios les acepta, que por pecadores, no han de ser ellos mismos, han de vivir la vida de otros, y qué mayor muestra de amor y comprensión, de servicio a la comunidad y a Dios, ésta...
    Ni tan siquiera reconocen en la homosexualidad el derecho a querer y amar, solo la intención, la inclinación sexual, la necesidad de fornicar, esa pecaminosa y abyecta necesidad de sentir placer, de darlo y recibirlo, de comunicarse. Esa sucia tara que destaca por encima de los peores instintos y vergüenzas humanas, más allá del latrocinio y las guerras, de la intolerancia y la sangre inocente, siempre está, cual pérfida luminaria, el sexo, y si ya es de homosexuales, peor. Pues qué peor que el sexo sin amor, sin continuidad, sin querencia... ¿cómo van a permitir entonces, un matrimonio obsceno que les retire tal argumento? ¿Desde dónde partirán para explicar lo intrínseco deporneia y homosexualidad, si se aman, se quieren, se casan y forman familias estables? No y no. No a sus bodas, no a su sexualidad, no a su vida... no a nada.
    Siglos y matanzas, hogueras y libros no han valido para encontrar un origen, una cura, una razón, un sentido al sinsentido de "su" creación, de "su" Creador. Y como se saben desarmados por la ciencia y la historia, por los hechos, nos dicen que aún se ignora "en gran medida" su origen, que aún permanece inexplicado, como si en gran medida  fuera una advertencia, un recurso, una voluntad de echarse atrás tan sólo para coger impulso.
    La homosexualidad es per se una depravación, dice o manda decir su Dios, e intrínsecamente desordenada, reconviene su tradición, porque es contraria a la ley natural, como si ellos, fabrica de vírgenes, castos, eremitas, esquizofrénicos, monógamos endogámicos y represores de la sexualidad, fueran "lo natural". Como si ahora su doctrina creacionista ejerciera su potestad como defensora del evolucionismo, como si fuéramos idiotas que no supiéramos lo que de "natural" tienen ellos. Ya solo falta que quienes se ríen del mono y ensalzan el barro y la costilla, venga también a enseñarnos lo que es o no natural en la naturaleza, como si alguien ignorase que la homosexualidad no se ha creado en ningún laboratorio, ni divino ni humano, y que es orientación, no mutación. Como si fuera natural la braga de clavos y antinatural las caricias, como si el placer necesitara cánula y el cilicio un complemento de nuestro cordón umbilical.
    No, definitivamente la homosexualidad no es natural, no es complementaria afectiva y sexualmente... ¿y qué sabrán ellos de cómo complementar las posturas, cuales se complementan y cuales no? bueno, seguramente mucho, que la Iglesia haya sido la mayor Madame de la Europa medieval alguna razón les dará ¿no?... Qué va, ni eso, no pasan del misionero, mirando hacia otro lado y sufriendo por que no llega la eyaculación, que no el orgasmo... estos son nuestros santos sexólogos.
    Y después de tanto proponer despropósitos, de decirnos que es depravación, desórden, antinatural, reprobable, inaceptable.... van y nos dicen que no se marginen, que se les acepte y acoja... maldita doble moral judeocristiana ¿Les creerá alguien? a parte de los gaytólicos, de la Orden de los Frayjas, me refiero.
    Ahora si, cuando se subliman, es en el último párrafo, que enlazan con el título... la salida está en la castidad forzosa.. ¡ole y ole por su ley natural! Es que te dejan sin palabras, tanto hipocresía, cinismo y desvergüenza hieren, por que si lo que van a explicarnos con su acostumbrada verborrea, es lo de que nuestra virtud está en la castidad forzosa, o en el peor de los casos y siguiendo la recomendación sacerdotal de que si non caste, caute, si no puedes evitarlo, pues, al menos que no te vean, si eso es todo su dogma, si no dan más de sí, me gustaría transcribirles las palabras de Filipo II de Macedonia, tras derrotar al temible Batallón Sagrado, compuesto exclusivamente por pareja homosexuales, en la batalla de Queronea (338 a. e. a.):
         "Que perezcan los que propalan que esta gente ha hecho algo deshonroso" (Vidas Paralelas, Plutarco, Pelopida 18).