jueves, 24 de junio de 2010

CAMINAR EN CÍRCULO, NO ES AVANZAR



Hungría: grupos de extrema derecha organizan una insólita manifestación del "Orgullo Heterosexual"Por Andres Bacigalupo en (Universogay)

Obtienen permiso de las autoridades para manifestarse por la capital húngara. Pero la marcha tendría lugar en septiembre, dos meses después del Orgullo Gay.

Las autoridades húngaras han autorizado la realización de una insólita marcha del “Orgullo Heterosexual” por parte de grupos ultraconservadores, según reportó ayer el diario The Budapest Times.

Uno de sus organizadores, Csaba Koletar, ha dicho que la manifestación pretende subrayar que “no sólo las relaciones entre personas del mismo sexo merecen reconocimiento” (sic) al tiempo que busca denunciar la “popularización de la homosexualidad en Hungría”.
De acuerdo al diario derechista Magyar Nemzet, los organizadores de la marcha desfilarán por la misma avenida en la que habitualmente se celebra el Orgullo Gay húngaro, aunque con dos meses de diferencia (este último está previsto para la primera semana de julio). 
En Hungría, las manifestaciones del Orgullo Gay se llevan a cabo todos los años desde 1997. En muchas de ellas, incluida la del año pasado, se han registrado incidentes por la irrupción de pequeños grupos de extrema derecha.
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   Ser “Económica” antes que “Europea”, hace de esta, nuestra Comunidad, patio de corrala desde el que observar y asistir a situaciones verdaderamente esperpénticas, tragicómicas, “almodovarianas” diría yo.

   La Unión -dicen- Europea, constituída realmente por y para que los Grupos de Poder (grandes fortunas, banca y multinacionales) puedan manejarse libremente por el Continente y hacer con sus floridos rastrillos pingües negocios, ha provocado en su ansia por lograr clientes y mano de obra cercana y barata, que muchos países europeos que no están socialmente preparados para formar parte de un colectivo plenamente democrático que acepte, promueva y exija la igualdad de todos los seres humanos y el respeto por los derechos civiles e individuales del conjunto de sus miembros, jueguen a la democracia como si del Monopoli se tratase, sin concienciar a sus habitantes previamente de las exigencias minimas que esto de la democracia trae consigo.

   Antes de aceptarte en un club privado mínimamente organizado y coherente, se te exige cumplir ciertos requisitos imprescindibles y por supuesto aceptar las normas de la “casa”. Pero aquí no, para nuestros €gobernantes hay cuestiones más urgentes por mucho que digan de todas importantes. Vamos, que salvo las estrictamente económicas (de los que ellos entiendan que pueden sacar tajada), todas las demás, las secundarias, los derechos fundamentales por ejemplo, tienen una manga más ancha. Te pueden exigir que impongas al pueblo nuevos impuestos, que privatices las empresas publicas para que haya libre competencia, mejor calidad y precios competitivos, y así los nuevos Entes se pongan de acuerdo y te cobren mas por menos, pero ahora sin amparo Estatal que te libre de su inagotable voracidad, incluso que te rebajen el salario o que te congelen la pensión. Todo esto, y más, hacen y mandan guardar desde Bruselas. Pero eso de tocar derechos individuales ya es harina de otro costal, porque la Unión no puede imponer a sus Estados miembros, un ordenamiento legislativo y judicial pleno que garantice la igualdad de sus súbditos. Es una presión que exige una dilatación, una mesura, un lento desarrollo. En este caso hay que darles tiempo, mayormente el que haga falta, no hay prisa a fin de cuentas, mientras paguen, compren y consuman, habrá ocasión de ir, poco a poco, sin plazos fijos, democratizando definitivamente sus sociedades.

   Y así, con este equipaje y tales flecos, nos vemos hoy todos en la vieja Europa viendo y leyendo noticias como la que suscita esta opinión: Los partidos de ultra derecha de Hungría, dolidos y hastiados por las reclamaciones, manifestaciones y movimientos para la igualdad de derechos de LGTBs (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales), han decido, al margen de mandar a sus guardias de asalto a agredir y boicotear a los manifestantes el día del Orgullo Gay –como hacen todos los años-, convocar ellos mismos otra manifestación, que por suerte no se les ha ocurrido hacerlo el mismo dia -o no les han dejado-, que discurra por las mismas calles que la anterior, pero reivindicando el orgullo de ser heterosexuales. Un alarde de ¿envidia? y revanchismo tan sarcásticamente absurdo, que no alcanzo a ver cómo no se les ha ocurrido antes a las sectas judeocristianas directamente, muy dadas ellas, por eso de no interferir en lo ajeno, en manifestarse en contra a que todos tengamos los mismos derechos.

   Bueno en cierta forma, y bajo la excusa y eslogan de “por la defensa de la familia”, tuvieron ocasión unos años atrás de manifestarse repetidamente en nuestro País, haciendo un despliegue sin precedentes de la apología de la homofobia, pues no era centro de sus demandas el derecho a existir de las familias heterosexuales, sino atacar a las homoparentales. Es que, se decían todo extasiados, venimos a defender La Familia, y para eso necesitan, claro, negar a los demás su derecho a formar una familia que no encaje con su doctrina. Que si, que no buscan derechos, que albergan la esperanza de negárselos a los demás, que lo llevan haciendo siempre y no va a ser ahora diferente. No nos engañemos.

   Y van y dicen estos energúmenos, justificando tamaña imbecilidad, que no sólo las relaciones homosexuales merecen reconocimiento, como si las heterosexuales no lo tuvieran ya explícitamente reconocido. Y dicen más, que buscan denunciar la “popularidad” de la homosexualidad en su país, vamos que se la de pábulo, que no se la vea al menos… lo de siempre, desde siempre.

   No se, así del tirón se me estaba ocurriendo que, ya puestos, organicen también el día del hombre trabajador, para que reivindiquen la rebaja de sus salarios y los equiparen a los de la mujer trabajadora. Es discriminatorio que el hombre no tenga derecho a manifestarse para cobrar lo mismo que la mujer.

   Metidos en faena, y por eso de involucrar a toda la familia, podríamos animar a nuestros hijos menores de 12 años, para que se manifiesten por su derecho a ser explotados laboralmente, como ocurre en otros muchos países. Es a todas luces discriminatorio, que haya una gran mayoría de niños que no tengan derecho a una infancia adecuada, y nos nieguen a los nuestros la elección de elegir no tenerla tampoco.

   Y por eso de planificar algo todos juntos, podríamos manifestarnos por exigir equipararnos con quienes no tienen una Sanidad Pública Universal y Gratuíta. No es justo que la mayoría de los habitantes del planeta carezcan de Seguridad Social, y a nosotros nos nieguen tal posibilidad.

   Creen tener -y tienen- todo el derecho del mundo para movilizarse por su igualdad, por reclamar menos derechos de los que ya tienen reconocidos, y por qué no, hasta de sentirse orgullosos de hacerlo los conservadores magiares… y les digo yo, desde el especial cariño y afecto que siento por Hungria: el pueblo húngaro, luchador infatigable y constante por sus derechos y libertades, como así lo atestigua su historia, acabará definitivamente con las rémoras totalitarias del pasado, en cuanto se adapte a este nuevo periodo de libertad que de forma tan admirable se han ganado, y sobre todo cuando se den cuenta que Comunismo y Cristianismo son sinónimos en cuanto a estructuras y pretensiones, y que no por aborrecer a uno, es mejor refugiarse en el otro. Si me permiten la rima, mal acaba la gacela que para huir de león, se ampara en la hiena.

   Con todos los motivos que tenemos para manifestarnos, para reivindicar tantas injusticias y desigualdades, entiendo de un papanatismo superlativo, de una falta de ética, amplitud de miras y objetividad tan evidente, hacerlo por el heterosexualismo, en revancha por la reivindicación de igualar los derechos de tod@s los ciudadan@s, al margen de su etnia, credo, ideología, género y orientación afectiva, que estoy convencido que será un rotundo fracaso, ya no tanto quizá en cuanto a asistencia, pero seguro que en sus objetivos.

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